“A
veces no basta con olvidar las palabras dichas o quemar las cartas
entregadas. No basta con asesinar los recuerdos, mandarlos en un avión y
despreciar el boleto redondo, con mudarse, cambiar de país, o hasta
inventarse un nuevo idioma. No basta con cerrar los ojos y contar todos
los números que existen, con ahogar mariposas y estabilizar los
terremotos, con morder otros labios o abrazar otros cuerpos. No basta
con buscarse otras inspiraciones, vivir nadando en alcohol, buscar la
forma de padecer demencia o, incluso, fingirla.
A veces no basta volver posible lo imposible para dejar de querer a alguien. A veces vives con eso para siempre.”
A veces no basta volver posible lo imposible para dejar de querer a alguien. A veces vives con eso para siempre.”
— A veces, María Celeste R.