"Carta a mi ex:
Incluso resulta horrible llamarte por esa palabra, "ex" como quien dice, ya pasó, ya no te quiere más.
Debo confesar que siempre tuve miedo de que te convirtieras en mi "ex" porque cada vez que me mirabas con esos ojos que me derretían yo rogaba silenciosamente que nunca encontraras un motivo para irte, yo rogaba que todo el amor que sentía por ti fuera suficiente para que te quedaras.
Pero lo peor de todo es que no lo vi venir, un día me decías que me amabas y al otro día me llamabas para decirme que te habías enamorado de alguien más y si eso no fue suficiente para ti también me recordaste que este amor que yo tenía desbordándose por todo mi ser había dejado de ser correspondido hace mucho tiempo, y en serio, te lo juro, no lo vi venir.
Tu despedida llegó tan rápido que tuve que sostenerme de la silla para intentar equilibrarme, pero no fue suficiente, tu adiós me tomó de los pies y me tiró al piso y se rió de mí y luego me dejó mirando al cielo y preguntándome qué había pasado.
Yo nunca sentí la frialdad de la que todos hablan cuando el amor empieza a extinguirse, seguramente porque estaba demasiado perdida tratando de hacerte feliz, creo que ahí fue en donde perdí el rumbo y la noción de todo, creo que cuando empecé a amarte más a ti que a mí misma todo se vino abajo.
Sin embargo debo admitir que te amé y te amo aún, y que a diario le pido a Dios que me ayude a no amarte más, porque duele, duele mucho, sobre todo cuando me llamas a las 2 am a disculparte por lo que me hiciste con la oculta cruel intención de decirme que no volverás porque eres feliz con ella.
Espero que realmente estés siendo feliz, porque yo estoy sacando toda la felicidad que alguna vez fue nuestra y la estoy dejando ir con el aire a un lugar en el que no me hiera.
De todas maneras, aún te amo."
-Valentina Gomez
