Estoy parada frente a un infinito, me dije mientras tomaba tu mano. No conozco un acto temerario más grande que amar a alguien. ¿Cómo puedes pensar en que puedes siquiera conocerlo un poco algún día? ¿Cómo puedes aferrarte a algo tan inestable como lo es un ser humano?
Tragué saliva, porque no sabía cómo asimilar en un segundo tan pequeño algo de una magnitud tan grande. Llevaste mis dedos a tus labios y sonreíste.
Y me di cuenta que hay una magia especial en la incertidumbre que genera el no saber qué tendremos mañana, en no saber en quiénes nos vamos a convertir. Porque aprendí que somos elecciones. Eres mi elección. Y espero ser la tuya cuando despertemos por la mañana y encuentres que no me conoces completamente todavía, pero que tienes ese reto por el resto de estos días.
Y me di cuenta que hay una magia especial en la incertidumbre que genera el no saber qué tendremos mañana, en no saber en quiénes nos vamos a convertir. Porque aprendí que somos elecciones. Eres mi elección. Y espero ser la tuya cuando despertemos por la mañana y encuentres que no me conoces completamente todavía, pero que tienes ese reto por el resto de estos días.
—Paola E. Haiat