Me
dice que me ama, siempre me dice que me ama. Hace tiempo me trajo una
flor, roja, enorme, hermosa. "Es un detalle, no es por nada en
específico", me dijo y luego me dio un beso. Y, ¿de qué servía?, ¿se
suponía que la rosa me secaría las lágrimas de ayer, de antier, de
mañana?, ¿se suponía que me haría olvidar los rumores, esos que hablan
de otras mujeres y que, yo misma sé que son ciertos?, ¿se supone que
haría fuerte al corazón para salir de este infierno? No, yo sé que no.
Lo amo, no sé ni por qué lo amo. Y yo... a veces me odio, a veces no me
soporto, pero, la mayor parte del tiempo, lo amo... y no sé ni por qué
lo amo.
—Lucero Estrella