¿Cuándo
se volvió tan complicado escribir sobre algo? ¿Desde cuándo dejé de
hallar en mi lenguaje algo que describa esto que sucede en mi interior?
Hablaban los teóricos de la rarificación del lenguaje para hacer
literatura pero nunca de la rarificación de los sentimientos para
quedarse sin palabras. O para hallar nuevas. Me pregunto quién habrá
inventado la palabra te amo. Me pregunto si quien sea que lo haya hecho
habrá sentido lo que siento por ti, o algo que se la acerque, o algo que
mínimamente pueda ser similiar.
Y tengo tanto miedo cuando miro ese par de ojos y siento esto en mi interior. Y tocas mi piel y es como si todo el mundo se eclipsara, y hay tanto que quiero decirte. No hay amor después de ti, me digo. Y no sé qué sea esto, y tal vez aunque alguien lo lea mil veces no pueda entenderlo. Pero si tú, querido lector, puedes sentirlo, si alguien mientras lee esto siente como que su estómago se encoje y no puede ni respirar... No sé, habrá valido la pena escribirlo sin escribirlo. Porque todo lo que no está dicho aquí está concentrado en este corazón que no para de latir. ©
Y tengo tanto miedo cuando miro ese par de ojos y siento esto en mi interior. Y tocas mi piel y es como si todo el mundo se eclipsara, y hay tanto que quiero decirte. No hay amor después de ti, me digo. Y no sé qué sea esto, y tal vez aunque alguien lo lea mil veces no pueda entenderlo. Pero si tú, querido lector, puedes sentirlo, si alguien mientras lee esto siente como que su estómago se encoje y no puede ni respirar... No sé, habrá valido la pena escribirlo sin escribirlo. Porque todo lo que no está dicho aquí está concentrado en este corazón que no para de latir. ©
—Paola E. Haiat